Ni escalera del 6 de junio, ni preparativos en las calles, ni ofertas en pantalón, ni reloj de kukuxumuxu ni ná. Para mí, el verdadero indicativo de que las fiestas están a la vuelta de la esquina es cuando un día, desayunando, empiezo a oír canciones de peñas y un alboroto enorme en la calle. Entonces, me asomo a la ventana, y los veo:
Los críos de la guardería de mi barrio, perfectamente ataviados y pertrechados con pancartas, torito de juguete y música sanferminera. Año tras año. Tan... moninos. Y ahí es cuando por fin digo: joder, si ya están aquí. Y otra vez sin haberme comprado todavía unos pantalones blancos...
martes, 30 de junio de 2009
Ya están aquí...
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