viernes, 28 de agosto de 2009

Ajedrez

El primer paso que debe dar un hombre para convertirse en un poco más sabio es admitir que no tiene todas las respuestas. Y creo que hoy soy un poco más sabio que ayer.

Hasta hace unos cuantos meses, mi vida se regía por unas reglas que conocía. Como si fuera una partida de ajedrez. Evidentemente no podía controlar los movimientos de los demás, pero podía preveerlos preverlos (ya no se le puede quedar a uno enganchada una tecla...). Y podía reaccionar gracias a esa información. Podía controlarme a mi mismo porque me conocía. Y cada vez que aparecía un nuevo elemento, lo estudiaba hasta comprender su efecto en el juego.

Pero entonces apareció ella, la Reina Blanca, y el juego cambió. Vaya que si cambió. No solo sus movimientos eran impredecibles, sino que había algo más grave. Su aparición en el juego no solo introducía nuevas opciones, sino que afectaba a lo que yo pensaba inamovible. Me afectaba a mí. Comencé a experimentar sensaciones que jamás habría creído posibles. Cambió el juego, y también me cambió.

Hoy, mirando hacia atrás, comprendo cuales fueron las jugadas que me llevaron a este punto en la partida. Pero ya no puedo volver hacía atrás, solo seguir hacia delante. Pero ya no se trata de ganar o de perder. Se trata de jugar, y hacerlo de la mejor manera posible. De aprender de los errores.

Gracias a todos los que estos días me habéis apoyado y ayudado de una forma u otra. De verdad, estoy muy agradecido. No sabéis lo que ha significado para mí el saber que cuando las cosas se descontrolen, me vayan mal, y no sepa qué hacer, vais a estar ahí. Y lamento haberos aburrido, pero bueno, otra vez os tocará a vosotros, jajaja. Y estad tranquilos, a partir de ahora empieza un nuevo tramo en la partida, y éste lo tengo que jugar solo.

"Dios mueve al jugador y éste la pieza. ¿Qué Dios detrás de Dios la trama empieza?"

7 comentarios:

  1. Venga, tío. Hora de pasar página. ¡Vas a Francia! Va a ser legendario.

    Por cierto, ¿"preveerlos"?, ¡¿"preveerlos"?! Por favor...

    ResponderEliminar
  2. Estoy totalmente de acuerdo con Iñaki, Mikel, y ya te lo he recomendado más de una vez. Adversarios para jugar partidas de ajedrez hay muchos, la experiencia de Francia es una y quizá sólo una. NO la desaproveches.

    ResponderEliminar
  3. Y tú que sabrás, Dani. Tú no te vas un año entero a París... ah no, para. Que sí que te vas, jeje.

    Intentaré hacer lo posible por no desaprovechar la oportunidad, gracias por los apoyos. Y tu Iñaki, ya dirás cuando vienes a vernos, eh....

    ResponderEliminar
  4. Por lo menos te despediras no?v.

    ResponderEliminar
  5. Jajaja, jodé V. llegas tarde ya... Estoy ya en París... peeero, vuelvo el lunes que viene, así que igual hago una última visita al currele.

    ResponderEliminar
  6. No tienes perdon,que crueldad la tuya irte a la francesa.V

    ResponderEliminar
  7. Si yo lo hago por ir adaptandome a las nuevas costumbres del lugar al que voy...

    ResponderEliminar

Escribe un Alias si no quieres dar tu nombre real, pero por favor, no firmes como Anónimo, ya que si no es imposible distinguir unos de otros. Gracias por comentar