lunes, 30 de noviembre de 2009

Precaución, amigo conductor

No sé que es lo que le ven los macarras de por aquí, pero el cruce que está justo en frente de mi ventana es uno de sus favoritos para hacer el kinki con el coche. Es difícil que pasen más de 20 minutos sin oír unas ruedas derrapando, o un tubarro de escape haciendo más ruido que una tuneladora. Se ve que como ellos ya están sordos, quieren altruistamente que los demás les acompañemos en sus defeciencias auditivas (al menos tiene el detalle de no pedirnos que les acompañemos en las intelectuales también).

El caso es que evidentemente, suele haber accidentes con bastante frecuencia. Y hace unas semanas me tocó en suerte que un megane embistiera el polito de mi compañero de piso por la puerta del copiloto, casualmente el lugar donde me ecncontraba sentado. Era una noche lluviosa, con bastantes tintes de deja vu. Pero afortunadamente los polos que se hacen en pamplona los debe de bendecir San Fermín, porque a pesar del viaje, no nos pasó nada.

Y ya que estamos con el tema del motor, os dejo con la nueva campaña sobre los efectos de la droga de la Dirección General de Tráfico alemana:

jueves, 26 de noviembre de 2009

It's a brand new day

La noche me envuelve, me reconforta. Algo ha cambiado. Algo pequeño, imperceptible, pero importante es diferente. Es algo que no está en los demás, está en mi. Puede que debiera dejar de mirar desde fuera, y volver a mirar desde dentro.

Últimamente he oído en muchos sitios que la confianza tiene que ganarse. Eso no es cierto, al menos para mí. La confianza se da, sin pedir pruebas previas. Si confiásemos en alguien sólo si ha demostrado ser merecedor de esa confianza, no estaríamos confiando, sino que ya sabríamos que podemos contar con esa persona. Eso no es confiar. Eso es saber. Según la RAE, confianza es:

"Depositar en alguien, sin más seguridad que la buena fe y la opinión que de él se tiene, la hacienda, el secreto o cualquier otra cosa."

Ya no confiamos como antes. Ahora nos aterra el dolor. El miedo a sufrir nos está quitando la alegría. Nos conformamos, porque tememos que si salimos fuera a buscar un día soleado pueda caernos una tormenta. Pero olvidamos que la felicidad es el trayecto, no el camino.

Ya no perdonamos los errores como antes. Pero olvidamos que ninguno nacemos sabiendo, que todos necesitamos aprender. La cuestión es encontrar a alguien dispuesto a enseñarnos, a soportar nuestras cagadas: un maestro.

Puede que simplemente haya recordado eso. Quizás por eso mañana sea un nuevo día, en el que no me quedaré en casa por si llueve. Saldré a buscar el sol, sin paraguas. Y probablemente me moje, incluso me coja un resfriado o una pulmonía. Pero seguiré buscando mi maestro. Quién me va a enseñar sino el sentido de la vida?

sábado, 21 de noviembre de 2009

Arte

Como en todas las grandes ciudades, en París hay una gran cantidad de artistas callejeros. Pintores, dibujantes, poetas, músicos, bailarines... Cada uno con su método y con su forma, tratan de expresar algo.

Una parte del movimiento Hip-Hop es el beatbox. Básicamente, es hacer sonidos con la garganta y la boca, para crear una base melódica. Los hay tan buenos que son capaces de hacer una barbaridad de sonidos a la vez, y aún así cantar alguna melodía. Es una actividad que tiene un gran éxito en las grandes ciudades como Nueva York, Londres o París (por aquí ya he visto a algún grupo en la calle). Con un poco de suerte, ya conoceréis a este francés:




Lo cierto es que hay tios realmente buenos (ojo a partir del 1:20). Pero el otro día vi que Lemon Girl tenía puesto este vídeo, y me llamo especialmente la atención lo bien que queda la unión de una flauta travesera con una base de beatbox. Con todos ustedes, el "hombre orquesta":


miércoles, 18 de noviembre de 2009

Alternativas, con un toque cañí

Retomando el tema del último post, me encuentro con esta joya del programa de Berto, en donde nos muestra cómo se pueden decir las mismas cosas de manera mucho más elegante. Donde va a parar...

lunes, 16 de noviembre de 2009

Alternativas

Esta semana he estado de vuelta por Pamplona, y he visto que pocas cosas han cambiado. Eso es bueno. Ha sido una visita corta, pero he aprendido mucho sobre los errores, el orgullo, el perdón... También he aprendido a buscar formas alternativas de hacer las cosas, y es curioso, porque aunque no es el caso en cuestión, hace tiempo que tengo un vídeo que resume todo eso:



(Ojo al 2:36 cuando imita a Bisbal...)

Pero a veces, las cosas no son tan sencillas ni salen tan bien. Y en esos casos, solo queda seguir caminando. Mañana será otro día.

domingo, 8 de noviembre de 2009

Paris sweet home

Por fin llegábamos a la estación de París, y ya parecía que terminaba nuestro viaje. Pero aún nos aguardaba una última sorpresa antes de llegar a casa. Al bajar del tren, había un control policial para el tema de drogas y demás (el tren en el que íbamos venía desde Amsterdam). No nos pusieron ninguna pega, así que entramos en la estación para coger el metro.

Normalmente compramos el ticket en la ventanilla, pero al llegar a la estación, no había ventanillas abiertas. Así que fuimos para las máquinas, y aquí empezó la fiesta:

- Llevábamos dinero, pero no suficiente calderilla para comprar los billetes, y la máquina solo aceptaba monedas.

- La máquina aceptaba tarjetas de crédito, pero tenían que ser con chip (aquí en Francia es lo que se lleva), y nuestras pobres tarjetas apañolas solo tenían banda magnética.

Así que comenzamos a preguntar a la gente que pasaba si tenían cambio. Hasta aquí bien, pero entonces entraron a la estación los policías que habían estado haciendo el control en el andén, y debieron de pensar que eramos sujetos sospechosos y peligrosísimos. Y nos hicieron el numerito: cachearnos, abrir las maletas, etc.

Puedo entender que estuvieran haciendo su trabajo, así que no tengo ninguna pega en ese aspecto. Pero lo increíble fue, cuando después de acabar el registro, les preguntamos a ver si tenían cambios. Nos dijeron que nos iban a COLAR en el metro. Tal como suena, nos abrieron la puerta con su pase y nos dijeron que entráramos. Pero tras la experiencia de Praga, Dani y yo nos miramos, y decidimos que no era buena idea. A ver que le íbamos a decir al revisor si nos lo encontrábamos, que nos había colado la policía...

Así que para que luego nos quejemos de la policía española. Aquí te INCITAN a delinquir. Ele mi niño. Menos mal que al final un buen hombre nos dió cambios y pudimos comprar los billetes para volver a casa. C'est la vie...

jueves, 5 de noviembre de 2009

The Good Turkish Samaritan (Esto me da mala espina...)

Ya hemos llegado a Rotterdam. Venga Dani, saca la dirección del hotel. Como que no la tienes??? Vale, vale, no me preocupo, seguro que alguien conoce el hotel. Si hola, buenas noches alegre taxista, conoce este hotel? No fransé? No inglis tampoco? Bueno, p'allá, no? Gracias, digoooo, zenkiu. Hola, buenas noches, alegres mozas. Conocéis este hotel? La dirección? No, no la tenemos. Sí, ya se que es una gran cagada, pero díselo a este chico, que yo no tengo la culpa. Vamos, que ni idea, no? Gracias.

Y así otras tantas veces, hasta que por fin un amable recepcionista de un hotel turco nos encamina en la dirección correcta.Los siguientes 20 minutos son confusos en mis recuerdos. Pero lo que recuerdo nítidamente es una sensación de creciente inseguridad cada vez que alguien con unas pintas un tanto... "alternativas" nos miraba. Y fueron muchos los que nos miraron, con aspecto de depredadores. Y fueron muchas las farolas que eché en falta hasta que llegamos al dichoso hotel. Y fueron demasiados paseos por la misma zona con pinta de cerbatillos perdidos, con la maleta a cuestas haciendo un ruido atronador, ralentizándonos, como si fuera una herida abierta que fuera dejando un rastro de sangre sonora fácil de seguir....

Eh... Dani, por qué el hotel está CERRADO? No, cerrado, como suena. Las persianas están echadas. No ponerse nerviosos. Vale, tú no estás nervioso, pero yo sí. Llama al timbre. COMO QUE NO HAY TIMBRE??. Trae esa pila, que yo lo arreglo... Jode, qué raro, hay luz en esa ventana, pero incluso después de dos ostias en la ventana con la pila siguen sin asomarse. Que si creo que esos dos que vienen en ese coche serán del hotel? Pues no lo sé, pero casi prefiero que no...

Así que después de que Dani descubriera que en algunos hoteles hay que avisar si vas a llegar tarde, volvimos al hotel turco, a paso ligero:

- Estaba cerrado? Qué raro.
- Si, bueno. Así que no tenemos donde pasar la noche.
- Ajá. Bueno, puedo ayudaros en algo?
- Eh...pues no, no se me ocurre nada más en lo que un recepcionista de hotel con habitaciones libres nos pueda ayudar a dos turistas que no tenemos donde pasar la noche...

Hombre, no es un 5 estrellas, pero servirá. El desayuno a qué hora era, a las 9h30 empezaba,no? Cómo que a las 9h30 ACABABA??? Pero qué coño le pasa a esta gente??


Y bueno, a la mañana siguiente hicimos un poco de turismo. Después de visitarla, Rotterdam no es una ciudad que me haya encandilado, y mucho menos comparada con Bruselas o Brujas, pero tampoco está mal. Mucho más moderna, con varios rascacielos, un puerto bonito, se puede visitar. Pero las otras dos, altamente recomendables.

Hasta el próximo viaje.

martes, 3 de noviembre de 2009

God bless the Small Towns II (Brujas y brujos)

Llegamos a la estación. Buscamos un mapa, pero falta el puntero de "Vd. está aquí". Ah, muy bien. Será que el tipo que puso el cartel sabía donde estaba, pero se le olvidó que los demás no tenían por qué. Bueno, preguntamos en información. Seguro que no hablan castellano, pero no hay problema, para eso somos trilingües todos, no? Mira, ahí está la ventanilla. Francés? No? Bueno, pues inglés. Tampoco? Vaya por dios. Le enseñamos el nombre de la calle, a ver si así... Ahá, por allí? A cuanto está andando? No? Si? Trisjolikschen? Disculpe, no le entiendo. Bueno no se preocupe, tiene un mapa? Qué si tiene un mapa. Un MAPA. M-A-P-A. Un... da igual, no se preocupe. Gracias. Que gracias. G-R-A... Zenkiu.

Salimos de la estación y nos la jugamos caminando hacia las luces. Esto tampoco puede ser muy grande. Mira, allí hay una chica, vamos a preguntarle. No hombre no, ven conmigo, que si vas por ahí parece que la estamos rodeando para vio... ves? ya se ha ido corriendo. Bueno, allí hay otra. Hola, francés? Si? Menos mal, porque tenía una tensión acumulada... Conoces esta calle? No? Vaya. Y te suena este hotel? Al final de la calle? Gracias. Aiva, pero si la calle que estabamos buscando era por la que íbamos. Pues sí que se aclaraba la muchacha...

Al día siguiente nos levantamos, repetimos desayuno (así sí, Fiti, bis) y vamos a ver la citi. Qué cuca, qué bunica, qué encanto tiene. Pos si que es bonita, sí. Qué como la describiría? Mejor ven a verla, que merece la pena.

domingo, 1 de noviembre de 2009

God bless the NH Breakfast (Bruselas part 2)

Nos levantamos, ducha rápida y al buffet del desayuno: huevos revueltos, bacon, goffres, pancakes, bollería varia, embutidos, queso, cereales, zumo de naranja natural, cafetito.... Así sí, Fiti. Recorremos lo que nos dejamos ayer, compramos unos bomboncitos belgas (de lujo, oiga), y vemos el mítico "Meneken Piss":



Casualidades de la vida, era el día de los bomberos y estaba así de curiosamente ataviado. Interesante manera de apagar los incendios que tienen aquí. Como supimos después, lo suelen vestir varias veces al año con distintas indumentarias. Conversaciones, cafetito y cervecita (negra por error al pedir, pero igual de buena) para hacer tiempo, y a coger el tren para ver brujas. O Brujas, ya no me acuerdo...