lunes, 30 de noviembre de 2009

Precaución, amigo conductor

No sé que es lo que le ven los macarras de por aquí, pero el cruce que está justo en frente de mi ventana es uno de sus favoritos para hacer el kinki con el coche. Es difícil que pasen más de 20 minutos sin oír unas ruedas derrapando, o un tubarro de escape haciendo más ruido que una tuneladora. Se ve que como ellos ya están sordos, quieren altruistamente que los demás les acompañemos en sus defeciencias auditivas (al menos tiene el detalle de no pedirnos que les acompañemos en las intelectuales también).

El caso es que evidentemente, suele haber accidentes con bastante frecuencia. Y hace unas semanas me tocó en suerte que un megane embistiera el polito de mi compañero de piso por la puerta del copiloto, casualmente el lugar donde me ecncontraba sentado. Era una noche lluviosa, con bastantes tintes de deja vu. Pero afortunadamente los polos que se hacen en pamplona los debe de bendecir San Fermín, porque a pesar del viaje, no nos pasó nada.

Y ya que estamos con el tema del motor, os dejo con la nueva campaña sobre los efectos de la droga de la Dirección General de Tráfico alemana:

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