Es lo que tiene el Este. Promesas del Este que decía Vigo Mortensen. Tras dos días en la República Checa, empezamos a delinquir de forma ascendente. Tampoco era algo que hiciéramos muy conscientemente. Primero fueron pequeñas cosas como colarse en el metro, pero es que nadie paga en el metro, es alucinante. Luego les siguieron colarse en iglesias, y en pleno momento de exaltación, en el climax de la delincuencia, hicimos un simpa. Cierto es que el simpa no fue motivado por una cuestión delictiva o económica, sino que la camarera era boba, nos atendió como el culo, dejo la puerta abierta para que nos heláramos (it must be open, decía) y claro, cuando te lo ponen a huevo y se lo merecen... En cualquier caso, se notó a la legua nuestra inexperiencia porque nos separamos, yo pase por delante de la comisaria de Policía, y uno se dejo el móvil encima de la mesa. Increíblemente volvió al lugar del crimen, lo recogió, y se fue de nuevo.
Pero todo tiene un final, y menos mal, porque al paso que íbamos, lo siguiente iba a ser robar cuadros de museos y no era plan. Cuando ya volvíamos al hotel, confiados, seguros de nosotros mismos, sobrados por todos los lados, pasó lo que tenia que pasar. Una vez más nos colamos en el metro, pero esta vez fue distinto. Mientras recodábamos jocosos las (más tarde sabias) palabras de un español que nos había ayudado con el tema de la maleta, 4 hombres se nos acercaron:
Dani: "Zon muy rigurozoz en el metro, jajajaja"
Hombre con aspecto de pocos amigos "soy-del-este-y-como-me-baciles-te-parto-las-piernas": "Tickets please?"
Acto seguido nos enseñaron sus placas de revisores de metro, y nos clavaron 29 euracos de multa por no llevar el ticket. Por listos. Por tontos.
Pero bueno, sacamos una bonita lección de todo esto y lo cierto es que no volveremos a delinquir mientras sigamos por estas tierras, y yo personalmente dudo que lo haga en mucho mucho tiempo. Para todo tiene que haber una primera vez en la vida, y el tiempo siempre acaba poniendo a cada uno en su lugar.
viernes, 3 de octubre de 2008
El que la rompe, la Praga
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No es que nadie pague en el metro de Praga. Es que sencillamente la gente allá suele llevar bonos mensuales, anuales o lo que sea. Y como has podido comprobar, sale más caro no pagar.
ResponderEliminarPor cierto, vanagloriarse de robar no me parece precisamente un acierto.
Claro que muchos llevan abonos mensuales, pero muchisima gente se cuela, eso tenlo por seguro. Y sí, sale muuuuuucho más caro no pagar, porque como bien decía un sabio hombre: "Son muy rigurosos en el metro".
ResponderEliminarAh, y no me vanaglorio de robar, ni si quiera me enorgullezco. Sólo trataba de reflejar la sensación de "somos los amos del mundo y nos reímos de los demas" que teníamos hasta que ZAS!!!, nos dieron en toda la boca _(y con razón).