Como con el lío de las maletas al final no vimos nada durante el día, los 3 valientes nos aventuramos a salir a dar una vuelta por la noche sin rumbo ni destino fijo por Praga. Tras un par de mini-viajes en metro, conseguimos llegar a la zona de marcha. Para variar, ya era tardísimo, así que tuvimos que cenar en un puesto de salchichas y hamburguesas de esos que hay en la calle. Muy al estilo español. Prueba de ello era que los del banco de al lado eran españoles, jaja.
Después estuvimos callejeando un poco hasta que conseguimos llegar a un garito bastante agradable de aspecto, pero donde la hospitalidad checa brillaba por su ausencia. Tras varios fallos en los intentos de comunicación, conseguimos 3 cervezas y nos sentamos en una mesa plácidamente a contemplar como se interrelacionan los checos, que no son muy amigables con 2 cervezas encima, por cierto.
Por último, para completar una vericueta noche, acabamos en una discoteca de varias plantas donde personajes como el Rabino Constantino, Fernando Romay versión checa, la asesina señora de la limpieza, el hombre tira-cubatas y demás variopintos seres amenizaron las ultimas horas de nuestra aventura nocturna. Como siempre, nos fuimos de allá solos y cocidos, y tras un perrito caliente y una estafa taxil, volvimos a la pensión. Veremos que nos depara Praga con la nueva salida del sol (bueno, que aquí no se ve porque esta todo el día nublado)
jueves, 2 de octubre de 2008
Praga la nuit...
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