No es que no sea un experto en la materia, sino que no soy ni de lejos un aficionado con algo de conocimientos sobre el tema. Pero como prácticamente cualquier persona que habite sobre la faz de la tierra, soy usuario de aparatos que requieren electricidad.
Estamos en el año 2008, siglo XXI. Y a estas alturas hemos alcanzado cosas increíbles: viajamos por el espacio, curamos casi cualquier enfermedad, tenemos Internet, los móviles... Pero si dependemos del petróleo en gran medida, dependemos aún más de la electricidad (aunque claro, gran parte de la electricidad que consumimos se obtiene a partir del petróleo, así que para el caso...).
A lo que voy es que el petróleo dentro de poco será sustituible (se acabará y no quedará más remedio que buscarse la vida): en transporte por combustibles como el hidrógeno o los biocombustibles, en las bolsas de plástico por almidón de patata y así sucesivamente. Sin embargo, seguiremos teniendo una enorme dependencia eléctrica. Y es que el gran problema que no hemos conseguido solventar, no es generar, transportar ni emplear energía eléctrica, sino almacenarla. Y si no podemos almacenarla, dependemos de un suministro que no se puede interrumpir (os acordáis de Barcelona, no?). Irónicamente, los generadores de emergencias de los hospitales por ejemplo, funcionan con petróleo...
Ese es el gran reto que tenemos por delante. Una vez salvadas las comunicaciones vía satélite, sólo necesitamos solucionar de una manera eficiente el almacenamiento de energía (me refiero a grandes potencias en dimensiones reducidas). Y con eso por ejemplo, ya no necesitaríamos el petróleo como combustible.
Todo esto es una reflexión que tenía hecha desde hace tiempo, pero es que el otro día me quede simultáneamente sin batería en el móvil y en el coche, y me di cuenta de que si eso me hubiese pasado perdido por el monte hubiese supuesto un gran problema. Así que por si acaso, y hasta que no se resuelva el problema de la energía, me voy a ir comprando unas pinzas y otra batería para el móvil...
domingo, 20 de julio de 2008
El gran problema de la era moderna
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