Ele, ele, y ele. Hoy he tenido un domingo como dios manda. He salido de currar y he llegado a casa a las 9 de la mañana. Curioso, porque había entrado también a las 9 de la mañana, pero del sábado. El caso es que lo ideal hubiera sido volver a casa a esas horas de fiesta, pero ya sabéis, la crisis, que no perdona. En cualquier caso, hemos empezado el domingo a lo grande.
Evidentemente, después de saludar a mis padres, que justo se levantaban para irse al pueblo, he desayunado y me he metido en la cama. Total, que me he levantado a las 4 de la tarde (buena hora). Me he hecho una pasta fresca con cebolla, setas y pollo (colgaré la receta otro día, cuando cambie el pollo por otra carne para no repetirme), y me he tumbado en el sofá para ver la tele. Seguía pintando bien el domingo.
Pero lo mejor ha sido cuando he visto que televisaban en abierto el Atlethic-Osasuna, así que he cogido el teléfono y he llamado a Iñiguín para que se viniera a verlo con unas cervezas. Éstos son los domingos a los que me refería en el post de la semana pasada. Así que para terminarlo, os dejo con una pequeña clase para interpretar esos simbolitos que vienen en las etiquetas de la ropa:
domingo, 16 de noviembre de 2008
Domingo de furbol
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Pasta,puerros,champis y nata liquida (para el sofrito)y ya te puedes chupar hasta el ombligo.v.
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