Soy tío. Tengo pene. Ni me enorgullezco ni me avergüenzo de serlo. No envidio ser mujer ni me alegro de no serlo. También me gusta el humor. Por lo general cualquier tipo, verde, negro, amarillo; lo que sea. Y ahí incluyo el humor machista. Y el feminista también, vamos.
Por eso cuando cuento un chiste machista, o cuando me cuentan uno y me río, jamás se me pasa por la cabeza la sarta de gilipolleces que se dicen en plan de que "vejan a la mujer" y demás. A las mujeres, como a los hombres, y como a cualquier cosa, se les humilla cuando REALMENTE se les considera inferiores, aún cuando no se exprese públicamente que se piensa así.
Por eso, una vez aclarado esto, cada domingo (que me apetezca y me acuerde) lo dedicaré a esa imagen de tío tumbado en el sofá viendo el fútbol con sus amigotes, bebiendo cerveza y echándose unas risas. Ojo cuidado, no incluyo en esta idílica imagen la mujer en la cocina con los rulos y en bata cocinando, eh. La mujer que haga lo que quiera. Ese domingo a la tarde, ese pequeño fortín en el reducto de la individualidad de cada persona, aún conviviendo en pareja (o en trio, o en lo que sea), es una cosa importantísima que siempre tenemos que conservar. Porque como decía aquél: "hay que ser dos cuerpos, dos cerebros, y un solo corazón". No solo dos cuerpos, y el mismo cerebro y corazón. Por todos aquellos que todavía lo conseguís, va por ustedes:
domingo, 9 de noviembre de 2008
Domingo machista
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joder zoco,con los chistes tan viejos y malos que cuentas,alucino contigo y mecaguen el chuknorris de los cojones.ABOMINO.
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