Noche de invierno

Los copos de nieve me acuchillaban el rostro como miles de alfileres impulsados por un gélido viento. Mis pies, entumecidos, peleaban por dar un paso tras otro sobre la nieve que se derretía bajo ellos, mientras el frío iba calando en mis huesos, lento pero inexorable su avance, ralentizando aún más mi caminar. Parecía interminable la distancia que todavía tenía que recorrer sobre la acera helada hasta llegar a mi casa. Pero llegué, y al calor del hogar pude escuchar una de las grandes joyas de la música actual, seria candidata a convertirse en canción del verano:



Y tras esta paranoia producida por tener que andar con el tiempo que hacía hasta casa porque he tenido un percance con el coche, como lo prometido es deuda, hago un rápido balance del debate de ayer. Empezare con el vigente campeón, el señor Jose Luis Rodriguez Zapatero.

Zapatero ayer estuvo mal. Las cosas como son. En el primer debate demostró haber gobernado mejor que los últimos 4 años de Aznar, pero esta vez eso no era suficiente. Hizo propuestas de futuro, aportó un libro con los datos, hizo varias cosas bien. Pero cayó en el juego de Rajoy y le entró al trapo, se rebajó, y mostró una de sus caras menos amables. Bien es cierto que un presidente no puede ser un oso amoroso, y que tiene que tener carácter, pero no de esa forma. Por lo demás, eché en falta franqueza en el tema del terrorismo. Considero que actuó bien, y por eso mismo, me extraña que no quiera ser claro. En inmigración demostró las diferencias entre un partido de izquierdas y un uno de... bueno, de donde sean, porque los otros están más a la derecha que la derecha. Y a pesar de que lo vi muy tocado en la primera parte, en la segunda mitad se rehizo, y ofreciendo una mejor imagen, volvió a dejar las cosas en su sitio. Lástima que no fuese todo el debate así.

Bueno, mañana miércoles del ingeniero, pero hablaré de Rajoy, que si hablo hoy, necesito 2 páginas más