Los días que pasan...

Es curioso. Hace ya 3 meses que empecé este blog sin saber si iba a durar más de una semana. Parece que nada ha cambiado, pero la verdad es que todo es distinto. Suena ridículo el pensar que escribir un blog pueda cambiar algo, pero lo cierto es que yo lo siento así.

Vamos camino de las 2000 visitas (digo vamos porque este blog lo hacemos entre todos, si no estuvieseis al otro lado leyendo cada día mis paranoias esto no tendría ningún sentido), y cada día me gusta más. Lejos de cansarme y aburrirme, cada noche me conecto con más ganas de escribir y de contar al mundo lo que me pasa, lo que pienso, y de poner chorradas con las que alegraros (aunque solo sea unos minutos) vuestro día. Me siento más ingenuo, menos reservado e incluso me atrevería a asegurar que más maduro (ya veras mañana el cachondeito en clase).

Y lo que es aún más increible, cada día veo que (incomprensiblemente) sois más los que lo leeis y los que me paráis por los pasillos dándome ideas para seguir con esto (si, Aitor, esto también va por ti). Solo me queda agradeceros a todos que me dediqueis algún ratito de vuestro tiempo libre.

Ya siento el momento pastelón, pero es que mira, hoy tengo el día así. Además, prometo no poner otro de este estilo hasta las 3000 visitas...