El arte y su contexto

Son las 3 de la mañana de un día entre semana. Un chaval recorre las calles menos transitadas de una ciudad cualquiera. A la mañana siguiente tiene clase, pero le da igual. Sabe que no va a dormir y que va a ir de empalmada. Llega a un callejón que le parece lo suficientemente oscuro y resguardado para su propósito. Nadie va a pasar por ahí a esas horas. Además, él sabe que ESE es el callejón.

Deja su mochila en el suelo, y la abre para sacar unos cuantos botes de spray de pintura. Sabe que tiene un largo trabajo por delante, pero no le preocupa. Va a hacer una pintada que ocupe toda la fachada del edificio y eso es lo que importa. Tras varias horas, comienza a amanecer. Termina su trabajo, recoge sus cosas y vuelve a casa.

Su madre está levantada, y al verle entrar por la puerta, piensa en qué va a hacer con semejante desastre de hijo. Toda la noche fuera de casa, a saber dónde ha estado, haciendo qué y con quién: "Seguro que nada bueno. Seguro que estaba fumando porros con esos amigos de pelo largo". Ella le mira pero él pasa de largo, ignorándola.

¿Qué os parece?¿Os gustaría tener un hijo así? ¿Un graffitero de esos?



Como ya dije en la entrada anterior sobre este tema, muchas veces las cosas no son lo que parecen. Es curioso cómo con las mismas herramientas hay gente que crea arte y otros solo vandalismo. El artista es quien que marca la diferencia, pero sobre todo, los motivos que mueven al artista.

Cuando un gañán con un rotulador se dedica a firmar los asientos de los autobuses o las papeleras únicamente buscando fama, jamás transmitirá nada a quien vea su obra, porque no hay nada que transmitir. Cuando una persona quiere transmitir algo, empleará los medios a su alcance para ello. Incluso puede ser el mismo gañán cuando realmente tiene algo que decir. Eso es lo que diferencia una obra de arte de cualquier otra cosa: los motivos que la llevan a a ser creada.

PD: Encontrado en el tuenti de mi cortadora de limones favorita. A este paso va a acabar siendo colaboradora habitual...